La ovejita que vino a cenar

Portada de "La ovejita que vino a cenar"

Portada de «La ovejita que vino a cenar»

El lobo miró qué tenía para cenar aquella noche: ¡otra vez sopa de verduras! Estaba cansado de cenar siempre lo mismo y soñaba con un buen estofado de ovejita. La casualidad quiso que una pequeña ovejita llamara a su puerta esa noche porque se había perdido en el bosque. El lobo se puso muy contento y empezó a buscar una buena receta de estofado pero las cosas se complicaron un poco. Primero la ovejita estaba helada de frío: una oveja tan fría seguro que no le iba a sentar bien. Después a la oveja le sonaban las tripas de hambre y, por si acaso le diera una indigestión, el lobo le dio algo que comer. Y así le siguieron pasando cosas a la pobre ovejita, que el lobo trataba de solucionar para que su guiso no se estropeara.

Pero con lo que el lobo no contaba es que la ovejita le había cogido cariño por ayudarle tanto. Y lo peor: ¡que el también quería a la ovejita! ¿Hará el lobo al final ese guiso de oveja con el que tanto sueña? ¿Qué pasará con esta ovejita que vino a cenar?.

El Autor e Ilustradora

El autor de «La ovejita que vino a cenar» es Steve Smallmanautor e ilustrador de libros infantiles nacido en Cambridge, Inglaterra. Lleva 30 años ilustrando libros y algo más de 10 escribiéndolos, tiempo en el que lleva publicados cientos de libros como ilustrador de publicaciones educativas y unos 30 libros como autor de libros infantiles.

Ha trabajado para programas de televisión como ilustrador de dibujos animados como Postman Pat (Pat el cartero) o Sesame Street (Barrio Sésamo).

Se le conoce como el Artista de los animales porque le gusta mucho dibujar animales y dotarlos de rasgos humanos.

Además de su labor como autor e ilustrador, Steve Smallman hace visitas a colegios de Gran Bretaña y varios países europeos para trabajar con niños desde la guardería hasta 3º de Primaria. En sus sesiones y dependiendo del rango de edad, les enseña técnicas para dibujar, escribir cuentos y hacer cuentos ilustrados.

La ilustradora es Joelle Dreidemy. Nacida en Saint-Avold, Francia, estudió ilustración y animación en el Emile Cohl Art School en Lyon. Desde 2004 trabaja como ilustradora tanto de libros infantiles como de revistas, publicaciones educativas o tarjetas de felicitación.

Vive en París, desde donde trabaja para editoriales francesas, inglesas y koreanas. Junto a Steve Smallman ha publicado, además de «La ovejita que vino a cenar», el cuento «Smelly Peter: The Great Pea Eater», no publicado en España, en el que se cuenta la divertida historia de un niño al que le gustan tanto los guisantes que es lo único que come.

Además de su labor como ilustradora, Joelle Dreidemy imparte clase de ilustración en el Emile Cohl School.

Mi opinión

Los adultos tendemos a generalizar, a tipificar las cosas y a las personas. Dentro de esa generalización, cómo no, están los lobos de los cuentos, que siempre son malos, feroces y se comen a los cerditos, a las ovejas, a las niñas con capas o sin ellas y a todo lo que se ponga por delante. Pues este cuento nos habla de un lobo que es capaz de superar eso y que, en lugar de encontrar su cena, lo que encuentra es una amiga para siempre.

Una de las cosas que más me gusta del cuento es que no es la historia de un «lobo bueno», es la historia de un lobo como otro cualquiera, al que le gustan los estofados de oveja y esta cansado de comer sopa de verduras. Es después de conocer a esta ovejita, muerta de frío, con carita de pena, con hambre, y con necesidad de un abrazo, cuando decide que no quiere comerse a esa ovejita porque a él también le hacen falta abrazos.

Ilustración de "La ovejita que vino a cenar" de Steve Smallman y Joelle Dreidemy

«Si querida, pasa, pasa. ¡Llegas justo a tiempo para la cena!»

Más cosas que me gustan de este libro: las ilustraciones y en particular, los dos personajes. ¡Son geniales! El lobo tiene la cara de lobo que esperas de un lobo de cuento pero le añade algo que me parece a la vez tierno y muy divertido: ese jersey de rayas con abetos y esos calcetines de colores. Ya sólo con eso te dan ganas de llevarte al lobo a tu casa. ¡Y la ovejita lleva zapatillas de deporte!. Son unas ilustraciones tan divertidas, los dos personajes tiene tanta expresividad en la cara, que casi sólo la ilustración va contando el cuento.

Pero el texto también es brillante. Es una narración sencilla en la que se resaltan las expresiones con mayúsculas, los ruidos de la ovejita cuando tiene frío «BRRR, BRRR», cuando tiene hambre «¡RUNRÚN, RUNRÚN!», cuando tiene hipo «¡HIP!, ¡HIP!», y el sonoro y gran beso que le da al lobo»¡MUÁ!». Sólo esto ya nos debería valer para ver que este cuento, una vez más, es de los que hay que contar y leer en voz alta. Todos estos recursos del autor ayudan al lector a la hora de ir contando el cuento y además, enganchan a los niños, a los que podemos animar a repetir los ruidos para que se involucren más en la historia.

Ilustración de "La ovejita que vino a cenar" de Steve Smallman y Joelle Dreidemy

«¿Te apetece un poco de sopa de verduras?»

Es realmente divertido ver como el lobo va poniendo excusa tras excusa para no comerse a la ovejita. Incluso le da de comer porque le suenan las tripas y piensa que así estará rellena. Y cuando la realidad le supera se enfada, se enfada de verdad porque no puede ya comerse a esa ovejita pero no puede evitar ser un lobo.

Hay cantidad de detalles divertidos y tiernos, como cuando el lobo echa de su casa a la ovejita pero antes la abriga para que no pase frío. O la forma en la que habla la ovejita, como un niño pequeño que está aprendiendo a hablar y llama al lobo «Dobo».

Toda la historia está contada en un lenguaje cercano, como el que utilizamos a diario para hablar. El lobo usa muchas expresiones como «¡Santo cielo!», o «¡Oh, Señor, dame fuerzas!», que puestas en boca de un lobo, hacen que todo sea aún más divertido a la vez que cercano y atrayente para los niños.

Un cuento sobre la amistad fuera de los convencionalismos, fuera de las generalidades. Porque cualquier día puedes encontrar un amigo donde menos te lo esperas.

Datos Bibliográficos

Autor: Steve Smalllman

Ilustrador: Joelle Dreidemy

Edición: Beascoa, Barcelona, 2007. 32 pags.

Edad: A partir de 4 años